Teatre
LA VIDA POR DELANTE
- Títol original:
- La vie davant soi
- Autor:
- Romain Gary
- Director:
- Josep Maria Pou
- Estrena:
06/04/2009 Teatre Goya (Barcelona)
Sobre l'espectacle
- Producció:
- Focus
- Ajudant Direcció:
- Paco Montes
- Traducció:
- Josep Maria Vidal
- Adaptació:
- Xavier Jaillard
- Escenografia:
- Llorenç Corbella
- Vestuari:
- María Araujo
- Iluminació:
- Pep Gàmiz
- So:
- Jordi Ballbé
- Intèrprets:
Concha Velasco (Madame Rosa)
Rubén de Eguia (Momo)
José Luis Fernández (Youssef Kadir)
Carles Canut (Doctor Katz)
Sobre l'obra
La vida por delante es la tierna historia de los marginados narrada por Momo, un niño árabe que vive en la pensión de la señora Rosa, una vieja exprostituta judía, superviviente de Auschwitz, que acoge a hijos abandonados en un suburbio de París. El texto nos describe el sórdido paisaje humano en el que Momo hace su aprendizaje vital. Con su registro de adolescente denuncia el racismo y el materialimso y reflexiona sobre la vejez, la soledad, la eutanasia.
Sobre l'autor
Romain Gary Vilna, 1914
Romain Gary, escritor y diplomático francés, nació en Vilna, Lituania, el 8 de mayo de 1914. Hijo de Iván Mozzhujin, una estrella del cine ruso, fue piloto de las
Fuerzas Armadas de Francia durante la Segunda Guerra Mundial. A partir de esta experiencia escribió Educación europea (1945). Tras la guerra trabajó como diplomático durante veinte años. Contrajo matrimonio con la escritora Lesley Blanch y años más tarde con la actriz americana Jean Seberg. Entre 1968 y 1971 dirigió algunas películas, como Les oiseaux vont mourir au Pérou y Kill!. A menudo presentó sus novelas sirviéndose de distintos pseudónimos y durante años veraneó en Port Andratx. Se suicidó el 2 de diciembre de 1980 en su apartamento de París. Con La vie devant soi obtuvo el premio Goncourt de 1975 bajo el pseudónimo de Émile Ajar, hecho que le convertía en el único escritor galardonado dos veces con dicho reconocimiento, dado que ya lo había obtenido en 1956 con Les racines du ciel. El hecho de que fuera el autor de La vie devant soi no trascendió hasta después de su muerte, en una burla final a los críticos que habían menospreciado su obra
y en cambio elogiaron esta novela.